Madalena Gordiano vivía en una pequeña habitación, no recibía remuneración mínima por su trabajo y no tenía días de descanso ni vacaciones.
A los 8 años, Madalena Gordiano vivía en la calle, y golpeaba las puertas de las casas para pedir comida en la pequeña localidad de Patos de Minas, en Minas Gerais, Brasil. En una de esas puertas, le abrió esta profesora. Entró a la casa, y no salió de allí durante 24 años.
"Fui a pedir pan, porque tenía hambre. Ella dijo que no me lo daría, si no vivía con ella", confesó Madalena, quien creció en esa casa y no pudo seguir estudiando.
Luego se fue a vivir al departamento de un hijo de esta profesora, quien la mantuvo viviendo allí hasta hace algunas semanas. Los vecinos sospecharon porque ella comenzó a dejar notas escritas en las puertas de sus casas, en las que pedía dinero para poder comprar artículos de higiene personal.
Lee también: Sao Paulo endurece restricciones para Navidad y Año Nuevo por repunte de casos por coronavirusEl equipo de la cadena local Ntv - Patos de Minas, comandado por la directora de periodismo Ludmila Bahia, el reportero Matheus Borges y el camarógrafo Gustavo Brito, accedieron a los testimonios de los vecinos que recibieron esos mensajes: "Sentimos que ella estaba reprimida. Ella no se sentaba con la familia a la mesa, no salía a pasear con ellos. Era una funcionaria".
La investigación de la policía apuntó al matrimonio de Dalton Milagres, un profesor universitario y su esposa. Cuando la policía llegó a su casa, descubrieron que la mujer trabajaba de domingo a domingo, desde la madrugada, y estaba obligada a vivir en esta habitación de tres metros por dos. No debía tener contacto con más personas.
La prensa brasileña asegura que Madalena se casó con un tío de la dueña de casa, pero nunca vivieron juntos. Luego de que el hombre murió, ella debía recibir una pensión que casi nunca llegó a sus manos.
El programa Fantástico de la cadena Globo entrevistó a la mujer, que ahora recuperó su libertad, pero apenas puede entender lo que pasa a su alrededor. “Ayudaba a limpiar la casa, cocinar, lavar el baño, limpiar la casa. No jugaba, ni siquiera tenía una muñeca”, explicaba Madalena para graficar cómo había sido su vida durante casi cuatro décadas.
Lee también: Dos pingüinos abrazados mirando el mar: Esta es la foto ganadora del "Ocean Photography Award"El profesor y su familia enfrentan cargos por esclavismo y trata de personas, y lo que les puede llevar a una condena de hasta de 20 años de prisión, aunque están tratando de llegar a un acuerdo de reparación. Dalton Milagres fue separado de sus funciones en la universidad en la que trabajaba.
La familia del profesor emitió una respuesta ante el escándalo mediante un comunicado dado a conocer por su abogado en los siguientes términos: “Con respecto a todas las interpretaciones posibles y válidas y al derecho de manifestación en una democracia, la defensa informa que aún no ha tenido acceso a todos los elementos que involucran a Madalena. La revelación prematura e irresponsable, por parte de inspectores y agentes estatales, ante de un proceso que por sentencia reconoce la culpabilidad, viola los derechos y datos sensibles de esa familia y atenta contra su seguridad personal".
En Brasil, desde 1995 hasta la fecha, unas 55 mil personas han sido rescatadas como esclavas, la mayoría en el campo. Ahora Madalena Gordiano podrá reencontrarse con su familia, aunque deberá esperar que la pandemia le permita movilizarse. Esta vez, eso sí, sus pasos no dependerán de nadie más.