"Mihai me manipuló, preparó y aterrorizó cuando estaba en mi punto más vulnerable", contó Amanda Walker, quien terminó denunciando al sujeto, con quien tiene una hija, por reiterados abusos y agresiones.
Un año y nueve meses soportó Amanda Walker las agresiones de su pareja, Mihai Savescu, con quien contrajo matrimonio tras ser violada por él cuando eran compañeros de trabajo en Inglaterra.
"Lo que Mihai me hizo me ha convertido en un cascarón de mujer", contó a Daily Mail la mujer de ahora 24 años que trabajaba como cuidadora en un hogar de ancianos, donde conoció al hombre con quien también tiene una hija.
Tras casi dos años de iniciar una forzada relación, la denunciante acusó al hombre de constantes agresiones a la policía y, tras el juicio, fue condenado a 17 años de prisión.
De acuerdo a lo relatado por Walker, todo comenzó en 2017, cuando ella tenía 20 años y era coordinadora de cuidados en un hogar de ancianos. "En ese momento no tenía amigos y nunca había tenido novio", comentó. Es en ese contexto que llegó a trabajar Mihai.
En febrero de 2018, Saveescu se ofreció a llevar en coche a Amanda a su casa una tarde. Sin embargo, se detuvo frente a un hotel. "Empecé a enloquecer, pero él me dijo que confiara en él y que todo estaría bien", narró Walker, quien agregó que “en pánico, lo seguí a una habitación y, antes de darme cuenta, me estaba obligando a desvestirme y sujetando mis brazos".
“Le rogué que se detuviera, pero no me escuchó y me violó", dijo la denunciante, quien es testigo de Jehová, quien apuntó que “estaba en contra de nuestras creencias tener sexo fuera del matrimonio". Incluso, dijo que el sujeto "me rogó que no le dijera a nadie ni lo denunciara, porque tenía un hijo. No quería llevarme al padre de un niño, así que accedí a no hacerlo".
Savescu la fue a dejar a su casa y fingió como que nunca había pasado nada. Pero dos meses después, descubrió que estaba embarazada. Tras esto, se lo contó a su madre y a su comunidad de Testigos de Jehová, quienes le contaron que tenía dos opciones: denunciarlo o vivir con él.
Abrumada y con 12 semanas de embarazo, quiso acabar con su vida, pero decidió contactar al abusador para no preocupar a su familia. Él impidió que se suicidada y la chantajeó para que se mudaran juntos.
“Pero a medida que mi barriga se hizo más grande en casa, el abuso solo empeoró", agregó Amanda, ya que "Mihai descubrió que íbamos a tener una niña cuando quería un niño, así que abusó de mí aún más por eso. Me sentí atrapada". En 2018, dio a luz a Charlotte y se casaron. "Hice lo mejor que pude para plasmar una sonrisa para las fotos, pero estaba luchando por contener las lágrimas", comentó.
Sin embargo, las cosas no cambiaron: "Mihai me dejó en casa mientras se iba a beber. Y en nuestra primera noche juntos como marido y mujer, volvió a forzarme".De ahí en más, ella intentó escapar pero cada vez que se iba, él la amenazaba con suicidarse, por lo que regresaba para no dejar a su hija sin padre.
Pero todo cambió una noche en la que el sujeto la ató al piso mientras su hija lloraba en 2019. A la mañana siguiente decidió denunciarlo a la policía. "Mihai me manipuló, preparó y aterrorizó cuando estaba en mi punto más vulnerable", concluyó.