Aunque el criterio indica que la basura no se debe arrojar al piso, la falta de este hace que la mayoría de los fumadores deseche los filtros contaminados en cualquier parte. ¡El suelo no es un cenicero! ¿Cuesta mucho entender algo tan básico?
¡Es ley! Desde comienzos de este 2022 que en Chile está prohibido fumar en las playas de mar, ríos o lagos dentro de una “faja de 80 metros de ancho medidos desde la línea de más alta marea y de los terrenos fiscales riberanos hasta una distancia de 80 metros”.
Esta es la ley 21.413 conocida popularmente como “Chao colillas” y tiene como propósito disminuir la contaminación ambiental generada por los filtros o restos de cigarrillos en los espacios públicos.
Además de la prohibición de consumir cigarros en las playas, este mandato prohíbe arrojar los filtros o las colillas de los cigarrillos en la vía pública, en los patios y otros espacios al aire.
En fácil, está prohibido botar las colillas al suelo en la calle, veredas, carreteras, plazas, parques, ¡en todas partes! Si quieres lo haces en tu casa (aunque tampoco se debiera), pero no en los lugares compartidos. ¡Por favor!
También se establece la obligación de instalar ceniceros, contenedores o receptáculos para depositar filtros, colillas y cenizas de cigarrillos en lugares como aeropuertos, teatros, cines, restaurantes, universidades, supermercados, entre otros.
Aunque el criterio indica que la basura no se debe arrojar al piso, la falta de este hace que la mayoría de los fumadores deseche los filtros contaminados en cualquier parte. ¡El suelo no es un cenicero! ¿Cuesta mucho entender algo tan básico?
En el caso de la prohibición de fumar en las playas, la “fiscalización del cumplimiento de la ley corresponde, además, a la policía marítima, fluvial y lacustre. En caso de constatarse alguna infracción ésta se deberá denunciar ante el juez”.
Asimismo, cualquier persona podrá denunciar a otra que no cumpla con estos mandatos, como, por ejemplo, arrojar las colillas al piso en lugares públicos.
La falta a la prohibición de fumar en playas, ríos y lagos, o botar desechos al suelo, implica una multa que va desde 1 ($60.000) hasta 4 ($240.000) Unidades Tributarias Mensuales (UTM).
Además, se contempla la posibilidad de prestar servicios comunitarios a quienes sean sancionados.
Se estima que el 75% de las colillas que se fuman en el mundo terminan contaminado el medio ambiente. Y, claro, por lo general, los fumadores lanzan las sobras de los cigarrillos al suelo sin ningún reparo ni menos respeto por su entorno.
“La primera fuente de basura mundial no son los envases de alimentos, ni las botellas, ni las bolsas de plástico, son las colillas de cigarros”, revela el informe ‘Colillas en espacios naturales’ realizado por el proyecto Libera.
La mayoría de los filtros de las colillas están hechos de acetato de celulosa, un termoplástico que se funde a altas temperaturas para moldearlo, y pueden albergar sustancias tóxicas como hidrocarburos policíclicos aromáticos, nicotina, arsénico y otros metales pesados.
En el mundo se consumen unos 7,4 billones de cigarrillos al año, lo cual, equivale a 20.300 millones al día.
“Estos desechos pueden viajar miles de kilómetros contaminando ecosistemas, encontrándose muy a menudo en zonas urbanas, pero también en la naturaleza, incluidos los océanos. Diversos estudios muestran que su efecto contaminante puede durar entre 7 y 12 años, e incluso, algunos autores afirman que pueden llegar hasta los 25 años”, advierte el informe de Libera.
Por el viento, la lluvia o alcantarillado, las colillas pueden llegar a los cursos fluviales y viajar a través de estos hasta los océanos. Así, la calidad del agua se ve amenazada y se altera el ciclo ecológico de algunas especies como moluscos, peces, reptiles y aves.