El inspector Vallejo cuenta la historia del delincuente que tras robar joyerías cayó preso por la tentación.
Miércoles 11 de mayo de 2016 | 10:55
En las crónicas del Inspector Vallejo mostraremos la historia de este delincuente que trabaja de forma impune robando joyerías, hasta que su amor por las mujeres lo hizo caer.
Abraham era un reconocido delincuente de joyerías que tenía una particular forma de delinquir. Operaba de forma solitaria, no le gustaba la compañía, siempre andaba bien vestido y cuando huía del lugar se cambiaba de ropa.
Los joyeros aburridos de los asaltos comenzaron a poner fotografías del delincuente en cada uno de los locales. Su descaro era tal que empezó a ser "funado" por los dueños de joyerías y tuvo que huir a otro sector.
El sueño máximo era comprarse un lujoso automóvil con el que pretendía seducir mujeres y disfrutar de la noche capitalina, pero el ser mujeriego le jugó una mala pasada. Le gustaba concurrir a centros nocturnos y compartir con damas de compañía sin imaginar que por culpa de ello caería detenido.