La Roja tuvo un año bastante movido que incluyó el arribo de Ricardo Gareca, la ilusión de los primeros amistosos y algunas duras derrotas. Pese a todo, Chile se mantiene en la pelea por ir al Mundial 2026.
Lunes 23 de diciembre de 2024 | 13:09
Un 2024 bastante movido fue el que tuvo la Selección Chilena, el que incluyó periodos bajos y angustia por malos resultados, pero que logró enmendar con un triunfo sobre el final.
El año tuvo de todo: Ilusión por la llegada de un DT nuevo, salida de referentes, desazón en la Copa América y fuertes golpes en las Eliminatorias.
Sin embargo, La Roja se mantiene con la ilusión de cara a lograr el gran objetivo: Clasificar al Mundial 2026.
La temporada inició con Ricardo Gareca convirtiéndose en el nuevo entrenador de Chile, un ciclo que arrancaba con gran expectativa tras los amistosos frente a Albania y Francia.
Con el retorno de históricos como Claudio Bravo y Eduardo Vargas, La Roja mostraba una buena cara ante rivales europeos y encendía la ilusión de los hinchas.
Todo esto se demostraba en la goleada de junio ante Paraguay, dándole al equipo una enorme inyección anímica justo antes de la Copa América.
Lamentablemente, Chile no mostró la misma cara en el certamen continental y quedó eliminado sin triunfos y con solamente dos empates en la fase de grupos.
Por si fuera poco, el equipo mostró carencia en ataque y se despidió del torneo sin marcar goles, poniendo una tremenda alarma de cara al gran objetivo: Las Eliminatorias.
En septiembre, el combinado nacional y Gareca sufrieron el mazazo más impactante del año al caer frente a Bolivia en condición de local, partido que estuvo marcado por ser el último de Ben Brereton en este ciclo.
Para esa etapa, La Roja no contaba con el retirado Bravo ni con Alexis Sánchez (lesionado), llenándose de críticas de un Arturo Vidal que arremetía constantemente contra Gareca al no ser incluido.
Por si fuera poco, el combinado nacional sufrió en octubre otros enormes cachetazos al perder al último minuto con Brasil y ser goleado por Colombia, transformando las Clasificatorias en una pesadilla.
Al quedarse sin margen de error, Gareca optó por el regreso de Vidal, de gran campaña en Colo Colo, y apostó todo a los cotejos frente a Perú y Venezuela en noviembre.
La Roja mejoró su imagen y rescató un punto en Lima y una victoria fundamental sobre La Vinotinto en el Estadio Nacional, la que tuvo como gran figura a Lucas Cepeda, autor de un doblete.
Este triunfo sacó a Chile del último puesto de la tabla de posiciones y lo mantiene en la lucha por llegar, al menos, al repechaje, ubicándose a cuatro unidades de Bolivia que está en el séptimo lugar.
Estos puntos recargaron las energías y unió a todo el equipo, que ahora tiene convicción total en revetir la imagen y dar pelea en busca del sueño mundialista.