¿Quién no ha podido resistirse a la tentación a una buena oferta? Hay personas que se entusiasman demasiado, como el caso de una mujer chilena que llegó desde Estados Unidos con cinco maletas repletas de ropa.
Durante la fiscalización de la aduana, la joven insistió que todos los productos que traía en su equipaje eran para ella y su familia, pero el error que cometió fue no declarar la mercancía que ingresaba.
En total se contabilizó 36 pares de calzado, 13 carteras, billeteras, mochilas, anteojos de sol, un centenar de poleras, pantalones y polerones de marca, aunque ella insistía que se trataba de ropa usada.
